Paz y Justicia
¡Oh, si hubieras atendido a mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un rio, y tu justicia como las ondas del mar. Isaias 48:18
Quizás
este es uno de los tantos lamentos de Dios reflejados en su Palabra,
acerca de la obstinación
del pueblo de Israel, el cual terminaría
bajo el cautiverio babilónico.
Babilonia
hoy en día es el mundo, todo lo que nos ofrece y que nos trae
satisfacción pasajera, pero que nos genera un lazo a nuestra alma.
Si
estamos faltos de paz y nos rodea la injusticia, busquemos la
solución en la presencia de Dios, y en su Palabra eterna.
Jesús
es el Príncipe de paz, el nos da la paz que el mundo no nos puede
dar, nos da paz como un rio y justifica nuestras faltas cada vez
que nos arrepintamos, una y otra vez, como las ondas del mar.
si
nos fijamos bien en el versículo no dice "cumplido mis
mandamientos" si no "atendido a mis mandamientos",
sabemos que el único que pudo cumplir con toda la ley divina fue
Jesucristo. Aquí, Dios en su misericordia y amor paternal
exhorta a su pueblo solo a prestar atención a su voluntad, no a
tratar de ser perfectos por nuestra fuerza, si no buscarlo a Él, para
que Él nos perfeccione día a día, y así un día la justicia va a
dejar de venir como olas, porque el mar va a estar calmo, y nuestra
paz fluirá como un rio, un rio de agua viva.
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